Al parecer, desde Japón han descubierto una técnica mediante la cual sería posible crear tanto agua dulce como agua salada de forma artificial. Gracias a ello, se abrirían las puertas a la cría de especies acuáticas en zonas de montaña, lo que permitirá a los habitantes de Camboya -zona donde se están realizando las pruebas- abrir tres granjas de camarón en sus montañas este mismo verano.
¿En qué consiste este proceso?
La técnica ha sido desarrollada por un profesor de ciencias de la Universidad de Okayama llamado Toshimasa Yamamoto. El proceso para crear agua artificial consiste en la mezcla de agua dulce con la cantidad adecuada de minerales; incluyendo sales, potasio y calcio en su justa medida. Concretamente, por cada litro de agua se añaden 10 gramos de estos minerales. Gracias a esta nueva y asombrosa técnica se podrá convertir una zona montañosa en un lugar totalmente apto para la cría de especies marinas. Desde que se patentó la técnica en el año 2012, se han hecho ya experimentos con peces tigre y anguilas.
Numerosos científicos consideran desde hace tiempo que la acuicultura en zonas montañosas podría ayudar en la erradicación de la pobreza y la malnutrición. El problema hasta ahora era la mala calidad de las aguas de la zona y las enfermedades derivadas de su consumo. Gracias a la utilización del agua artificial del proyecto, existe una menor incidencia de enfermedades debido a que presenta propiedades que no existen en la naturaleza, lo que dificulta en gran medida la proliferación de agentes infecciosos normalmente presentes en el agua dulce y salada. Además, se ha descubierto que las especies criadas en este medio crecen a un ritmo mucho más rápido que las criadas en su hábitat natural. Se piensa que esto puede ser debido a que los peces no pierden tanta energía en la osmorregulación (forma que tienen de regular la presión osmótica de su cuerpo) como lo hacen en su hábitat natural.
Esta técnica, que ha sido denominada ‘tercera agua’, tiene el objetivo de reducir la dependencia actual de los océanos, que según Yamamoto puede verse fuertemente afectada por el clima y otras variables. Otra ventaja de estas granjas acuícolas de Camboya es que no hay necesidad alguna de regular la temperatura de esta ‘tercera agua’, ya que en la región disfrutan de unas elevadas temperaturas durante todo el año. Aún así, si la técnica se extiende progresivamente a otros países, podría ser necesario el uso de electricidad para mantener el agua a una cierta temperatura. Por ello, se están estudiando ya diversas formas ecológicas de calentar el agua y reducir los costes de la electricidad como por ejemplo la energía geotérmica y solar.
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