Uno de los líderes de las protestas antigubernamentales en Venezuela dijo que no buscan derrocar a Nicolás Maduro, sino revocar el mandato de un presidente al que responsabilizan por el crimen, la corrupción y el desabastecimiento del país petrolero.
Leopoldo López encabeza a las facciones más radicales de la oposición que exigen la "salida" de Maduro, el heredero político del fallecido presidente socialista Hugo Chávez que llegó al poder hace 10 meses tras unas reñidas elecciones.
El economista de 42 años formado en Harvard, logró convocar pequeñas pero estridentes marchas en toda Venezuela, que dejaron 20 estudiantes detenidos y desataron la furia de Maduro, que lo acusa de querer derrocarlo.
Pero López, ex alcalde de un rico distrito de Caracas y líder del partido centrista Voluntad Popular, asegura que busca un cambio por la vía legal que incluya la renuncia de Maduro o un posible referéndum revocatorio para terminar con un gobierno que describió como "corrupto e ineficiente".
"En las calles (...) podemos enviar un mensaje de que estamos aquí, que estamos vivos, que existimos, que el Gobierno no puede seguir ignorando a más de la mitad del país", dijo López a Reuters en una entrevista realizada en la noche del martes en su oficina en el centro empresarial de Caracas.
Las protestas ocurren en momentos en que Maduro enfrenta un creciente descontento por el desabastecimiento de productos de primera necesidad como leche o papel higiénico, una inflación del 56 por ciento anual, inseguridad en las calles y un débil crecimiento económico.
Maduro derrotó en abril al opositor Henrique Capriles por apenas 1,5 puntos porcentuales en las elecciones para suceder a Chávez. Líderes opositores dicen que, considerando el pequeño margen de su victoria, el presidente no puede gobernar de espaldas a la mitad del país.
López espera que su movimiento de protestas pacíficas crezca lo suficiente para "activar uno de los mecanismos que está en la Constitución, incluyendo (el que permite) la renuncia del Presidente".
La Constitución venezolana contempla la convocatoria a un "referéndum revocatorio" de cualquier cargo de elección popular a mitad del mandato. Para revocar la gestión de Maduro, la oposición debe esperar hasta el 2016 y presentar al menos 4 millones de firmas.
"Este es un Presidente responsable por la inflación más alta de América Latina, por la escasez, por tener a la gente en la calle todos los días esperando en colas de 4, 5, 6 horas para comprar bienes básicos", dijo López.
Fallida estrategia
Las recientes protestas retrotrajeron a muchos venezolanos al 2002, cuando meses de violentas manifestaciones llevaron a un breve golpe de Estado contra Chávez. La conspiración fracasó y unas horas después Chávez volvió al poder apoyado por militares leales.
Las esporádicas manifestaciones de las últimas semanas, que incluyeron choques violentos entre estudiantes y las fuerzas de seguridad en la zona andina del oeste del país, no tienen suficiente fuerza para obligar a Maduro a renunciar.
Capriles, el principal líder de la oposición, se ha negado a participar o avalar las protestas, prefiriendo reforzar la presencia de la oposición en los gobiernos locales para cimentar su base de apoyo de cara a las próximas presidenciales en el 2019.
Los opositores más moderados dicen que las protestas no tienen una estrategia clara y podrían causar más daño. Algunos, incluso, sospechan que López intenta arrebatarle el liderazgo de la oposición a Capriles, también gobernador de Miranda.
López denunció el lunes que el Gobierno de Maduro lo bajó de un vuelo con destino a la ciudad occidental de Táchira, donde se iba a reunir con manifestantes. Sin embargo, la aerolínea dijo que se vio obligada a bajar al político del avión por "alterar el orden público".
"Esto es David versus Goliat", dijo el economista educado en Estados Unidos gracias a una beca por natación. "Venezuela se está tornando cada vez más oscura en términos del futuro que podemos tener".
"Estamos luchando contra un Gobierno muy corrupto y autoritario que usa todo el poder, todo el dinero, todos los medios de comunicación y todas las leyes para mantener el control", agregó.
En un largo discurso televisado el martes, Maduro calificó a López y sus seguidores de "golpistas", acusándolos de sabotear el diálogo que ha iniciado recientemente con la oposición más moderada.
López niega estar dividiendo o debilitando a la oposición. Por el contrario, aseguró que gracias a las marchas el apoyo está creciendo.
"No es una conspiración, no es una instigación a un golpe", dijo. "Es el derecho ciudadano que nosotros tenemos de encontrarnos en la calle".
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